Con fines descriptivos, el sistema nervioso se divide en dos partes principales:
a) Sistema nervioso central, que consta del encefálo y médula espinal
b) Sistema nervioso periférico,
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Sistema nervioso central, que consta de:
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Encéfalo
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Cerebro
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Bulbo
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Protuberancia
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Pedúnculos cerebrales
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Cerebelo
El Cerebro es la parte más grande del encéfalo, consta de dos
hemisferios cerebrales, que están unidos por una masa de sustancia blanca
denominada cuerpo calloso.
La Capa superficial de cada hemisferio, la corteza, está compuesta por
sustancia gris. Se presenta en forma de pliegues o circonvoluciones,
separadas por surcos o cisuras.
Los hemisferios se dividen en lobulos que recibem el nombre de los huesos
del cráneo debajo de los cuales se encuentran (frontal, parietal,
occiptal).
La parte central esta constituidapor sustancia blanca, que contiene varios
nucleos de sustancia gris (ganglios basales).
El Cerebelo se halla en la fosa cerebral posterior, detrás de la
protuberancia y del bulbo. Consta de dos hemisferios unidos por una porcion
média, el vermis. El cerebelo esta unido con el mesencefalo por los pedúnculos
cerebelosos superiores, a la protuberancia por los pedúnculos cerebelosos
medios y al bulbo por los pedúnculos cerebelosos inferiores.
El neuroeje está formado por un tejido
constituido esencialmente por células altamente diferenciadas, denominadas neuronas.
La célula nerviosa
Neurona es la denominación que
recibe la célula nerviosa con todas sus prolongaciónes.
Por la complejidad del sistema nervioso central, la
multiplicidad y longitud de las vías que por él discurren, hacen necesaria la
articulación cabo a cabo y en series de las diferentes neuronas.
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La sustancia gris se caracteriza precisamente, por ser el
lugar en el que se reúnen los cuerpos celulares y, también, el sitio donde las
neuronas se articulan entre sí. La sustancia blanca, formada por el
acoplamiento de las innumerables prolongaciones celulares, es sobre todo, desde
el punto de vista funcional, un aparato de transmisión, entre los diferentes
centros grises o entre éstos y el sistema nervioso periférico.
El influjo nervioso de una a otra neurona, o de ella al órgano
inervado por ella, depende de la sinapsis y los mediadores
químicos.
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La sinapsis ó articulación neuronal, es la zona de enlace y transmisión, donde se fijan electivamente los mediadores químicos, permitiendo la descarga del influjo nervioso, condicionando la actividad autónoma de la célula nerviosa.
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Los mediadores químicos son sustancias que actúan como factores en transmisión del influjo nervioso; estos mediadores son la Adrenalina y la Acetilcolina.
La constitución de los diferentes tejidos del organismo es,
en general, homogénea, mientras que la del tejido nervioso es particularmente
heterogénea; cada parte del neuroeje posee no solo su arquitectura propia, sino
también su estructura fina particular.
Esta noción es particularmente importante y nos permite
comprender por qué cada una de los dieciséis mil millones de neuronas que
forman el neuroeje tiene su función especial. La destrucción de una de estas células
entraña la perdida definitiva de la función que le estaba encomendada. Es
posible que la lesión neuronal se compense, se supla; pero jamás seria
completa la sustitución. No existe en el tejido nervioso regeneración
real capaz de reemplazar la neurona desaparecida, testimonio de ello es la falta
de órganos de división en el cuerpo celular.
La respuesta específica de la neurona se llama impulso
nervioso; ésta y su capacidad para ser estimulada, hacen de esta célula una
unidad de recepción y emisión capaz de transferir información de una parte a
otra del organismo.
Sistemas simples
En los animales simples, como los celentéreos, las células
nerviosas forman una red capaz de mediar respuestas estereotipadas. En los
animales más complejos, como crustáceos, insectos y arañas, el sistema
nervioso es más complicado.
Los cuerpos celulares de las neuronas están organizados en
grupos llamados ganglios, que se interconectan entre sí formando las cadenas
ganglionares. Estas cadenas están presentes en todos los vertebrados, en los
que representan una parte especial del sistema nervioso relacionada en especial
con la regulación de la actividad del corazón, las glándulas y los músculos
involuntarios.
Sistemas de los vertebrados
En los vertebrados el encéfalo está
contenido en la bóveda craneana y se encuentra dividido en dos
grupos de elementos unidos entre sí por una porción más estrecha: los
pedúnculos cerebrales. El grupo inferior se sitúa en la fosa
cerebelosa y está conformado por el Bulbo, la
Protuberancia, los Pedúnculos cerebrales y el
Cerebelo. El grupo superior, se sitúa en fosa superior (fronto-témporo-parieto-occipital),
y se denomina cerebro propiamente dicho.
El sistema nervioso alojado en la bóveda craneana, se
continua a través de un agujero denominado foramen ovale, con la
médula espinal contenida en el interior de la columna vertebral,
discurriendo en su interior y emergiendo de él prolongaciones nerviosas ó
nervios.
La distinción entre sistema nervioso central y periférico
se basa en la diferente localización de las dos partes, íntimamente
relacionadas, que constituyen el primero. Algunas de las vías de los cuerpos
neuronales conducen señales sensitivas y otras vías conducen respuestas
musculares o reflejos, como los causados por el dolor.
En la piel se encuentran unas células especializadas,
llamadas receptores, de diversos tipos, sensibles a diferentes estímulos;
captan la información (como por ejemplo, la temperatura, la presencia de un
compuesto químico, la presión sobre una zona del cuerpo), y la transforman en
una señal eléctrica que utiliza el sistema nervioso. Las terminaciones
nerviosas libres también pueden recibir estímulos: son sensibles al dolor y
son directamente activadas por éste. Estas neuronas sensitivas, cuando son
activadas mandan los impulsos hacia el sistema nervioso central y transmiten la
información a otras neuronas, llamadas neuronas motoras, cuyos axones se
extienden de nuevo hacia la periferia. Por medio de estas últimas células, los
impulsos se dirigen a las terminaciones motoras de los músculos, los excitan y
originan su contracción y el movimiento adecuado. Así, el impulso nervioso
sigue una trayectoria que empieza y acaba en la parte periférica del cuerpo.
Muchas de las acciones del sistema nervioso se pueden explicar basándonos en
estas cadenas de células nerviosas interconectadas que, al ser estimuladas en
un extremo, son capaces de ocasionar un movimiento o secreción glandular en el
otro.
La red nerviosa
Los nervios craneales se extienden desde la cabeza y el
cuello hasta el cerebro pasando a través de las aberturas del cráneo; los
nervios espinales o medulares están asociados con la médula espinal y
atraviesan las aberturas de la columna vertebral.
Ambos tipos de nervios se componen de un gran número de
axones que transportan los impulsos hacia el sistema nervioso central y llevan
los mensajes hacia el exterior. Las primeras vías se llaman aferentes y las últimas
eferentes. En función de la parte del cuerpo que alcanzan, a los impulsos
nerviosos aferentes se les denomina sensitivos y a los eferentes somáticos o
motores viscerales. La mayoría de los nervios son mixtos, es decir, están
constituidos por elementos motores y sensitivos.
Los nervios craneales y espinales aparecen por parejas y, en
la especie humana, su número es 12 y 31 respectivamente. Los pares de nervios
craneales se distribuyen por las regiones de la cabeza y el cuello, con una
notable excepción: el par X o nervio vago, que además de inervar órganos
situados en el cuello, alcanza otros del tórax y el abdomen. La visión, la
audición, el sentido del equilibrio y el gusto están mediados por los pares de
nervios craneales II, VIII y VII respectivamente. De los nervios craneales también
dependen las funciones motoras de la cabeza, los ojos, la cara, la lengua, la
laringe y los músculos que funcionan en la masticación y la deglución. Los
nervios espinales salen desde las vértebras y se distribuyen por las regiones
del tronco y las extremidades. Están interconectados, formando dos plexos: el
braquial, que se dirige a las extremidades superiores, y el lumbar que alcanza
las inferiores.
Sistema nervioso vegetativo o Sistema nervioso autónomo
Existen grupos de fibras motoras que llevan los impulsos
nerviosos a los órganos que se encuentran en las cavidades del cuerpo, como el
estómago y los intestinos (vísceras). Estas fibras constituyen el sistema
nervioso vegetativo que se divide en dos secciones con una función más o menos
antagónica y con unos puntos de origen diferentes en el sistema nervioso
central. Las fibras del sistema nervioso vegetativo simpático se originan en la
región media de la médula espinal, unen la cadena ganglionar simpática y
penetran en los nervios espinales, desde donde se distribuyen de forma amplia
por todo el cuerpo.
Las fibras del sistema nervioso vegetativo parasimpático se
originan por encima y por debajo de las simpáticas, es decir, en el cerebro y
en la parte inferior de la médula espinal. Estas dos secciones controlan las
funciones de los sistemas respiratorio, circulatorio, digestivo y urogenital.
Constituye una de las principales divisiones del sistema
nervioso. Envía impulsos al corazón, músculos estriados, musculatura lisa y
glándulas. El sistema vegetativo controla la acción de las glándulas; las
funciones de los sistemas respiratorio, circulatorio, digestivo, y urogenital y
los músculos involuntarios de dichos sistemas y de la piel. Controlado por los
centros nerviosos en la parte inferior del cerebro tiene también un efecto recíproco
sobre las secreciones internas; está controlado en cierto grado por las
hormonas y a su vez ejerce cierto control en la producción hormonal.
El sistema nervioso vegetativo se compone de dos divisiones
antagónicas:
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El simpático (o toracolumbar) estimula el corazón, dilata los bronquios, contrae las arterias, e inhibe el aparato digestivo, preparando el organismo para la actividad física.
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El parasimpático (o craneosacro) tiene los efectos opuestos y prepara el organismo para la alimentación, la digestión y el reposo.
El simpático consiste en una cadena de ganglios (grupo de
neuronas) interconectados a cada lado de la columna vertebral, que envía fibras
nerviosas a varios ganglios más grandes, como el ganglio celíaco. Estos, a su
vez, dan origen a nervios que se dirigen a los órganos internos.
Los ganglios de las cadenas simpáticas conectan con el
sistema nervioso central a través de finas ramificaciones que unen cada ganglio
con la médula espinal. Las fibras del parasimpático salen del cerebro y, junto
con los pares craneales, en especial los nervios espinal y vago, pasan a los
ganglios y plexos (red de nervios) situados dentro de varios órganos. La parte
inferior del cuerpo está inervada por fibras que surgen del segmento inferior
(sacro) de la médula espinal y pasan al ganglio pélvico, del cual parten los
nervios hacia el recto, la vejiga y los órganos genitales.
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